Comencé hace unos veinticinco años escribiendo artículos para varias revistas de negocios, luego… a medida que los medios digitales comenzaban a crecer, tuve la oportunidad de publicar en los portales especializados más conocidos de habla hispana. Sinceramente nunca tuve el objetivo específico de escribir veinte obras, jamás se me habría pasado por la cabeza esa cantidad, ni lo busqué denodadamente.

Fue en 1999, -un año muy importante para mí porque entre otras cosas nació mi único hijo, Bautista- que de la mano del editor Eduardo Miller publiqué mi primera obra: “Crecer, Cuatro Pasos para el Éxito PyME”.

En ese momento en particular la idea fue plasmar en el papel alguno de los Modelos de Gestión Comercial que más resultado me habían dado en las empresas de mis principales clientes.

Luego de mi primer libro y poco a poco, las demás obras fueron surgiendo solas, como una necesidad de contarle a quien le pudiera interesar cómo he ido superando cada una de las piedras que se me han presentado en el camino y me han ayudado a crecer. De la Gestión Comercial pasé a bucear en las áreas que podíamos mejorar en la empresa. Redefinir el Management, innovar las estrategias de Mercadotecnia y Comercialización, construir ladrillo a ladrillo un Liderazgo más participativo, definir los Procesos que nos dieran libertad…. Fui además descubriendo que el empresario más allá de aplicar todas estas herramientas en su día a día, debía trabajar en sí mismo buscando un mayor equilibrio.

Con los años también lo sentí personalmente y a partir de ese sentimiento fui volcándome a buscar herramientas para sentirme mejor y transitar lo que me quede del camino disfrutando mucho más del paisaje y de lo que diariamente se nos va presentando como oportunidades o incluso desafíos.

Al ser simplemente un “amateur” de la escritura –e incluso tener la obsesión de ser mi propio corrector- el esfuerzo que he tenido que realizar ha sido tal vez el más importante de mi vida, escribiendo a altas horas de la noche, cuando la familia ya duerme, en vuelos largos, donde no entran e-mails, ni chats en el celular y sólo esta prendida mi luz direccional e inclusive en muchas de las filas de migraciones que generalmente me tocan hacer cada semana.

Siempre digo que si ese esfuerzo ayudó a uno solo de mis lectores a pensar o a recordar algo olvidado que pueda aplicar nuevamente el lunes por la mañana con el objetivo de sentirse mejor y gestionar de mejor manera su empresa, todo ese tiempo invertido valió la pena.